viernes, 10 de diciembre de 2010

El texto narrativo

 Estructuras formales de los textos narrativos

 Qué es un texto narrativo

Narrar es contar hechos ordenados en el tiempo. Estos hechos suelen estar protagonizados por personajes que se encuentran en uno o varios lugares. Narrar o contar es tan antiguo como la humanidad. Son narraciones las leyendas y cuentos orales, las anécdotas que contamos, las noticias de los medios de comunicación, las películas que vemos y los comics que leemos. El proceso para producir un texto narrativo requiere dar una serie de pasos:

• Se imaginan o recrean unos personajes que están en determinados espacios.

• Se seleccionan los hechos más significativos.

• Se organizan los hechos o sucesos en un orden temporal.

• Se dice o escribe cuidando los párrafos, frases y palabras.

Los textos narrativos se distinguen de los descriptivos por su dinamismo ya que los hechos suceden en un tiempo que fluye arrastrando a los personajes a otros espacios o situaciones. También llamamos narración a un modo del discurso que se distingue de la descripción, del diálogo, de la exposición y de la argumentación. Las narraciones pueden ser muy sencillas -como los cuentos tradicionales- o muy complejas -como la novela moderna- según se combinen los componentes que las estructuran. Repasemos los componentes o elementos de una narración:

 1. En la historia narrada o realidad que se recrea:

a)Los personajes:

• Pueden ser personas animales o cosas.

• Según su importancia, son principales y secundarios.

• Según su función, son protagonistas y antagonistas. Ayudantes y oponentes.

• Según su evolución: estáticos y dinámicos.

• Según su presencia: actuante y ausente.

• Según su procedencia: real y fantástico.

b) El espacio puede ser real (rural o urbano), imaginario y simbólico.

c) El tiempo indica cuándo sucede la historia (época, siglo) y cuánto dura (años, horas).

d) La acción organiza los hechos en episodios, que componen el argumento.

2. En el discurso narrativo o modo de organizar el texto
a) El narrador o voz narradora:

• Puede ser el autor o un personaje.

• Según desde dónde narra, será externo (desde fuera de la historia, en 3ª persona), interno (desde dentro de la historia, en 1ª persona). Si se dirige al lector lo hará en 2ª persona.

• Según lo que conozca de la historia, puede ser omnisciente (sabe todos los detalles) o equisciente (conoce parcialmente la historia).

• Según su actitud, puede ser objetivo (informa sin implicarse) o subjetivo (se implica, opina y expresa sentimientos).

b) El tiempo del discurso hace referencia a:

• El orden o dirección temporal: puede ser cronológico (del pasado al presente), retrospectivo (retrocede hacia hechos del pasado) y prospectivo (adelanta hechos del futuro).

• El ritmo temporal: puede ser rápido (muchos sucesos) o lento (pocos sucesos).

c) Los modos del discurso: pueden ser descripciones y diálogos dentro de la narración.





 Guión para comentar un relato

El comentario de un relato exige reflexionar sobre los elementos que lo componen. Aquí tienes un guión que te permitirá comentar y debatir sobre relatos y textos narrativos:

1. Explicar el tema o temas del texto. Son las ideas o mensajes que nos transmite el autor mediante su relato.

2. Resumir el argumento brevemente. Debe contener los hechos principales del relato y sintetizar de forma breve y precisa esos hechos. Sólo estará bien hecho si resume ese relato y no vale para ningún otro.

3. Explicar las acciones o episodios principales que estructuran la historia en partes.

4. Explicar los personajes: características o atributos y función.

5. Explicar el espacio donde sucede la historia: clase y función.

6. Explicar el tiempo de la historia: cuándo sucede la historia y cuánto dura.

7. Explicar el tiempo del discurso: dirección y ritmo temporal.

8. Explicar el tipo de narrador (interno o externo) y su actitud (objetivo o subjetivo)



Puedes redactar ordenadamente tu análisis y valoración de algunos o todos los puntos anteriores. Hazlo ordenadamente en tercera persona y selecciona fragmentos del relato para ilustrar tus juicios, así com argumentos para defender tu interpretación e hipótesis sobre el texto que has leído.

sábado, 4 de diciembre de 2010

¿Orgullo y prejuicio, novela romántica?

Tras la última reunión del club se suscitaron muchas cuestiones sobre esta novela y el debate fue como siempre animado e incluso apasionado, gracias al talento e ingenio de los asistentes. La pregunta sobre el carácter romántico, casi rosa, de Orgullo y prejuicio se contestó rápidamente pues todos estuvimos de acuerdo en que sí lo es, es una novela de amor donde "chica conoce chico" y, aunque ella sea pobre y él rico, el amor triunfa, supera todos los obstáculos y acaba bien. Pero nos preguntamos: ¿es además una buena novela de amor romántico?

Estimo que es una excelente novela, probablemente la mejor de la autora, y esto lo afirmo por varias razones:
  • La caracterización psicológica de los personajes protagonistas  posibilita un conflicto inicial entre ambos de tal envergadura, que forzosamente se sienten enfrentados en la mayor parte de la novela, lo que crea la tensión narrativa necesaria para mantener el interés del lector. Una  (Lizzy) tiene una visión preconcebida y prejuiciada del otro, y ese otro (Darcy) desprecia intensamente a su oponente, o sea, se odian ¿se puede pedir más? Como vemos en este aspecto se ajusta a los cánones de este subgénero novelesco.
  • El ritmo narrativo está espléndidamente dosificado respecto a la estructura general del relato. Darcy se va enamorando poco a poco de Lizzy sin que ésta se dé cuenta, lo que produce en el lector -que sí lo sabe- un morbo especialmente intenso ya que espera con anhelo el esperado momento de la declaración y unión de los amantes. Pero cuando ésta llega no es entendida por la protagonista con lo que el conflicto se alarga y la tensión aumenta. Cuando ella comienza a rectificar su opinión sobre él y   a enamorarse paulatinamente, no sabe qué siente él y el lector tampoco, pues la narración se dilata con otros acontecimientos y conflictos ajenos a los sentimientos de la pareja. Cuando finalmente se produce el encuentro y unión de Lizzy y Darcy, la novela se acaba y el lector siente esa tristeza por el final de un mundo ficcional en el que ha permanecido placenteramente atento, y se queda con el deseo de poder mirar por un agujerito para observar cómo le va a la pareja en su idílica vida matrimonial en el bucólico Pemberley.
Queridos contertulios:
Quedan por responder otras preguntas, entre ellas las que hacen referencia a otras características de la novela:

¿Qué otras cosas es Orgullo y prejuicio?

  • ¿Es una novela de costumbres? ¿refleja de forma realista una época?
  • ¿Es una novela que transmite valores y juicios sobre el res humano?
  • ¿Es una novela sobre los problemas de la mujer y su educación?
  • ¿Es algo más ?
Esperamos vuestros acertados y siempre bienvenidos comentarios. 
Gloria B

lunes, 29 de noviembre de 2010

Sobre el romanticismo





Esto dijo Novalis, poeta alemán, sobre el romanticismo:

"En cuanto confiero a lo vulgar un alto significado, a lo conocido la dignidad de lo desconocido, a lo finito una apariencia de infinito, yo lo convierto en romántico"

"Todo en lontananza deviene poesía: montes lejanos, hombres lejanos, acontecimientos lejanos, todo se hace romántico"

¿Qué os sugieren estos pensamientos?

Notas sobre Jane Austen



En cualquier sitio podemos encontrar información sobre J. Austen y más ahora con la accesibilidad de los usuarios a la red. Su vida comenzó en 1775 y acabó en 1817, es decir que sólo vivió 42 años. Su época discurre entre dos siglos y entre dos corrientes estéticas: el neoclasicismo y el romanticismo, dos formas opuestas de concebir el arte y por lo tanto la literatura. Para entender la diferencia basta decir que el primero se fundamenta en la razón y en un pensamiento en el que predomina el orden y la confianza del hombre por entender y controlar la naturaleza. Los neoclásicos buscaron un modelo estético que fuera el ideal de la belleza y la perfección suma, y lo encontraron en los clásicos grecorromanos, de ahí su denominación. La armonía, el equilibrio y el respeto por los cánones clásicos fueron su credo, así como cierta concepción utilitaria de la literatura, según la cual ésta habría de servir para el bien y la moral imperantes. De ahí el auge del ensayo,del sermón y de otros géneros didácticos. Parece ser que en el ambiente de J.Austen era normal que las jovencitas leyeran este tipo de libros para mejorar su educación, sobre todo en lo referente a las reglas de urbanidad y a las conductas sociales y morales. En la época proliferaban los tratados que explicaban las normas para señoritas que explicaban todo lo relacionado con las convenciones sociales, muy exigentes en las épocas georgiana y victoriana. Y esto plantea una serie de preguntas sobre nuestra autora y las novelas que escribió, y en especial Orgullo y prejuicio ¿Hay una valoración en la novela sobre las lecturas apropiadas para educar a las mujeres? ¿Sigue los cánones de la época o propone métodos e ideas originales?

El romanticismo comenzó antes en Inglaterra que en el resto de Europa, concretamente en el último cuarto del siglo XVIII, por lo que J. Austen tuvo que conocer sus primeras manifestaciones. Se opone al movimiento anterior porque su fundamento no es la razón sino el sentimiento y la pasión. El fin del arte y de la literatura es ser vehículo de expresión de todo tipo de sentimientos sin nada que coarte la libertad, tanto temática como formal, del artista. Así que lo que se valora es la originalidad de la obra y se rechazan los cánones y modelos. En sus inicios se entendía que lo romántico era señal de una especial sensibilidad relacionada con la nostalgia y la melancolía. La denominación era despectiva en cuanto hacía referencia a  lo fantástico y lo irreal de las novelas pastoriles y de caballerías aún en boga en la época. Así que la moda estética proponía lo bucólico y melancólico como atmósfera de los sentimientos más o menos edulcorados de los personajes de las novelas. Y de nuevo nos preguntamos: ¿que hay de estas características en la novela que hemos leído? ¿es acaso esta tendencia la que sigue J.Austen?

Claro que el romanticismo europeo siguió después otros derroteros Pero de eso hablaremos en la tertulia de próximos día o en las siguientes.O aquí, en el blog. GloriaB

Jane Austen



Este curso el grupo del club de lectura ha elegido el itinerario titulado De la novela romántica a la novela moderna. Esta opción incluye la lectura y comentario de tres novelas: Orgullo y prejuicio de Jane Austen, Miau de B.P. Galdós y Cinco horas con Mario de M. Delibes. Como leemos una novela por mes calculamos haber acabado este ciclo a finales de enero. Os esperamos para el próximo martes, 30 de noviembre para hablar de Orgullo y Prejuicio. En el debate seguemos de forma flexible el guión habitual que ya se os ha comuncado por email. Hasta mañana.

lunes, 24 de mayo de 2010

Camilleri

Andrea Camilleri empezó a escribir muy pronto y se hizo famoso muy tarde, pero una vez conocido su fama fue en aumento hasta hoy. Mañana podemos hablar de:

  • El narrador de El perro de terracota !Cómo no!
  •  El detective: el comisario Montalbano:
                         1. Valores morales.
                         2. Actitud ante la justicia y el poder: el Gobierno y la Mafia.
                         3. La ironía y la crítica.
                         4. El tono coloquial de narrador y personajes.
                         5. La intención del autor.
                         6. Semejanzas y diferencias con otras novelas del género negro.

  • Proyectos para el futuro (vacacional y postvacacional)

Simenon, punto y aparte

Simenon, punto y aparte



No me resisto a compartir con vosotros mis reflexiones sobre Simenon, ese autor que tanto ha impresionado a los que lo han leído por primera vez.


Creo que uno de los logros de Simenon es precisamente la elección de una voz narradora singular que constituye su peculiar estilo narrativo. Aunque se trata de un narrador externo en 3ª persona no podemos limitar nuestro juicio a una hipótesis tan simplista, pues como lectores percibimos algo más, una especie de transparencia en las huellas que deja en el relato, como si no estuviera presente en el mismo. A pesar de que sin duda controla todos los aspectos de la narración, da la impresión de que se aleja a un rincón oscuro para dejar en primer plano la vida y misterios de su protagonista, en este caso el entrañable Louis Cuchas (La mirada inocente)


Su equívoca omnisciencia se combina con una deliberada ambigüedad que se traduce en un aparente desconocimiento y descontrol sobre los hechos que se suceden en la novela. Su discurso está lleno de dudas, conjeturas e interrogaciones retóricas, es decir, de esas que no esperan respuesta sino que se formulan para reflexionar y hacer pensar al que las escribe y al que las lee. Esa disimulada y fingida ignorancia sobre las circunstancias de la vida de sus personajes, de las causas y consecuencias de sus actos, confiere al relato un tono que impregna al protagonista Louis Cuchas. Pues ¿cuál sería la respuesta del narrador de esta historia si se le preguntara por qué se muestra tan inseguro de lo que cuenta? Quizá diría lo mismo que su personaje cuando es requerido por las razones de su arte: “No lo sé”


Me llama la atención de Simenon y de su particular estilo narrativo, el tono melancólico casi apático del narrador y de sus personajes, que no parecen ser dueños de su destino y aceptan sus limitaciones tanto en el control del argumento como de la propia existencia. Y por eso, ambos –narrador y personajes- se sitúan fuera de los acontecimientos, que discurren sin estridencias como la lluvia suave o las tranquilas y lentas aguas de un río. El resultado es cierto esquematismo narrativo, una aparente y nítida quietud que constituye el estilo de Simenon, casi poético, por lo sugerente y ambiguo, y creador de una atmósfera en la que emergen sentimientos y pasiones que no se muestran del todo, que ocultan siempre algo. Y sin embargo tan creíbles y verosímiles, porque eso es lo que los hace tan parecidos a nosotros mismos.


¿Podríamos continuar estas reflexiones suponiendo (yo también dudo y me pregunto) que las analogías entre el narrador y el personaje de Louis Cuchas podrian extenderse al más famoso de los personajes de Simenon, el comisario Maigret?


Pues, diferencias aparte, ¿no es también el gordo y cachazudo Maigret un tanto lento y remolón a la hora de actuar? ¿no prefiere la distancia contemplativa de una realidad que es atentamente observada, calibrada y archivada gracias a una mirada que ya no es inocente? Maigret, como Cuchas, no quiere cambiar el mundo, se limita a aceptarlo como es sin juzgarlo y dejando que las cosas sucedan. Aunque su trabajo es atrapar a los malos, ¿no es cierto que percibimos cierta tolerante comprensión de los delitos cuyas causas están en las injusticias de la sociedad, que generan más víctimas que criminales? La mirada de Maigret se tiñe en esos casos de una humana, tierna y profunda compasión.


Clases de narrador

 Clases de narrador




Intentamos responder a las preguntas planteadas hace tiempo sobre las formas que el autor elige para ocultar su impulso creador bajo diversas voces narradoras:


1. Si tenemos en cuenta desde dónde se narra, distinguimos el narrador externo, que se sitúa fuera del relato (en 3ª persona); el narrador interno suele ser un personaje perteneciente al relato que al mismo tiempo cuenta la historia (en 1ª persona)


2. Si consideramos la actitud, podemos hablar de narrador implicado o subjetivo, si vierte sus opiniones, sentimientos, ideas y sensaciones a la par que desarrolla el argumento; y narrador no implicado, si se limita a narrar objetivamente sin dejar traslucir ninguna opinión sobre los hechos, espacios y personajes que integran el relato.


3. Si nos planteamos a quién cuenta la historia, podemos distinguir un lector genérico, lejano e inespecífico (relato en tercera persona) que también se sitúa fuera del relato; y un lector cercano, que se encuentra dentro del relato como destinatario directo (narración en 2ª persona) del mismo. Una variante de esta clase de narración es aquella en que un personaje cuenta la historia a otro personaje. Por ejemplo, la novela de Miguel Delibes Cinco horas con Mario.


4. Si tenemos en cuenta lo que demuestra saber el narrador acerca de la historia narrada, hablamos de narrador omnisciente, el que conoce los más íntimos detalles del desarrollo del argumento, del interior de los personajes y de las causas y consecuencias de sus actos; y narrador equisciente si demuestra saber unas cosas e ignorar otras, como si el relato avanzara sin su control.


5. Y también hay que considerar que el narrador puede hacerse invisible y desaparecer por completo. Entonces vemos surgir el texto narrativo, ese metafórico tapiz, como si se hiciera a sí mismo sin intervención alguna. Es el narrador ausente, propio de esas novelas o cuentos que cuentan una historia mediante la adición de cartas (Las amistades peligrosas), noticias u otro tipo de documentos.



Nuestros narradores

En conclusión, tened siempre en cuenta las múltiples combinaciones que se pueden hacer teniendo en cuenta las diversas formas de narrar. Muchas veces la clave de un relato está en el tipo de voz narradora, en si es un narrador externo pero al mismo tiempo se implica en la historia, como sucede en las tres novelas que hemos leído sobre las utopías sociales. En estos relatos, el autor, al elegir está opción de voz narradora, se compromete con la historia y se pronuncia sobre ella en un intento de conseguir la adhesión y complicidad del lector. Sin embargo hay grados en cuanto a la omnisciencia y a la cohesión de los elementos que integran el relato, pues también coincidimos en considerar 1984, la novela de Orwell, como la más coherente y profunda, cuyo narrador da detalles del estado y evolución psicológica del protagonista, al mismo tiempo que censura -de forma sutil pero inequívoca- a la sociedad totalitaria que anula la dignidad humana. En cambio la voz narradora de Fahrenheit 451 proyectaba su opinión de forma más evidente y basta incurriendo además en algunas incoherencias, fruto de la falta de control del narrador sobre su relato.


Otros narradores son más transparentes: P. Marlowe, el protagonista narrador de las novelas de R. Chandler, se sitúa dentro de la historia y va destilando las cínicas opiniones que le suscitan tanto los paisajes urbanos como al moralidad de sus personajes. Las huellas lingüísticas de esta clase de narrador son la 1ª persona de verbos y pronombres y el léxico valorativo (sustantivos, adjetivos, verbos) que informa sobre la actitud subjetiva del que lo usa.

martes, 18 de mayo de 2010

Nuevo blog de la Biblioteca Virtual Cervantes

Hemos añadido a nuestra lista de blogs sobre libros el de la Biblioteca Virtual Cervantes.
Si pincháis la imagen de abajo os dirigirá a su página.
Deseamos que os sea útil en vuestros garbeos por Internet.

sábado, 1 de mayo de 2010

1984 en el MUVIM


El lunes a las 5 de la tarde en el salón de actos del MUVIM, dentro del programa de actividades del "MUVIM Per als majors", se proyectará la película 1984 basada en al novela de George Orwell. La presentación la hará nuestro amigo Adolfo Bellido y después de la proyección habrá un coloquio moderado por Javier Bendicho.



Puede ser interesante después de haber comentado la novela  en nuestro club.

martes, 27 de abril de 2010

Hoy nos hemos reunido en torno a la figura de Georges Simenon.
Cinco habían leído el señalado por Gloria, "La mirada de la inocencia", y otros "El difunto filántropo", "Maigret y el tercer hombre" y "El caso Saint-Fiacre"
Esto nos ha servido para ver las similitudes de la narrativa del escritor belga.

El próximo encuentro,y último por este curso, será el 25 de mayo, ese día hemos pensado ir a comer todos a un restaurante cercano, que ya avisaremos con tiempo.

La obra a leer para dicho día es "El perro de terracota" de Andrea Camilleri.


Os dejamos un enlace a un blog muy interesante, que nos indicaba esta mañana José María, en él se habla precisamente de esta obra, es  Apostillas Literarias de Magda Díaz Morales.


sábado, 24 de abril de 2010

Georges Simenon


En estos días de lecturas tan "maigretianas" es bueno conocer la descripción que hace Georges Simenon de tan personal comisario de policía. 



Maigret tiene entre 45 y 5o años. Nació en un  castillo, en el centro de Francia, en el que su padre ocupaba el cargo de administrador. Es, pues, de origen campesino, robusto y fornido, pero posee cierta educación (…). Su vida privada es muy tranquila. Tiene una esposa dulce, rolliza, tierna y sencilla, que lo llama respetuosamente Maigret ( de tal manera que todo el mundo terminó por olvidar su ridículo nombre, Jules). Ella mantiene su hogar minuciosamente limpio, le prepara suculentos guisos, le cuida las heridas, jamás se impacienta cuando él permanece muchos días fuera de casa, soporta con indulgencia sus altibajos. Le horrorizan los cambios y vive desde hace veinte años en el mismo piso, en un barrio ni rico ni pobre, de modestos trabajadores.
Maigret es bastante grueso, plácido, fuma en pipa con cortas y golosas bocanadas, le gusta comer bien, y también beber: a veces cerveza, a veces tragos cortos de buenos aguardientes. Le gusta deambular por las calles y sentarse en la terraza de algún café.
Un caso criminal nunca es para él un caso más o menos científico, un problema abstracto. Es tan sólo un caso humano. Le gusta husmear el rastro dejado por un hombre como un perro de caza olfatea una pista. Quiere comprender. Se mete en la piel de sus personajes, de quienes, poco antes de verlos por primera vez, lo desconoce todo, y cuando hay un crimen, necesita averiguar hasta los más pequeños detalles. Otorga mucha importancia al ambiente en el que viven. Cree firmemente que determinado gesto no habría sido el mismo en un ambiente distinto, que un carácter evolucionaría de otra manera en cualquier otro barrio.
Es lento, pesado, paciente. Espera el déclic. El déclic, al que se refieren con afectuosa y respetuosa ironía sus colegas, es el momento en que Maigret, empapado de un ambiente y de los personajes a los que acaba de seguir paso a paso durante horas, días y semanas, consigue por fin pensar y sentir como ellos. (…)
Se sirve de los inspectores de su brigada, pero siempre prefiere acudir él, en persona, al lugar indicado, seguir él mismo los rastros, hacer vigilancias y diligencias que muchos considerarían incompatibles con su cargo. Quiere husmear a las personas y los lugares por sí mismo, hurgar por todas partes; aunque en ocasiones se siente descorazonado, nunca pierde la paciencia, y muchas veces se le podría creer borracho o dormido precisamente en el momento en que está más despierto.
Odia la maldad deliberada, odia a los hombres que impregnan el mal de sangre fría, y se muestra feroz con la hipocresía. Por el contrario, es indulgente para con las faltas que son fruto de las debilidades de la naturaleza humana. Un joven o una joven que van por mal camino le inspiran no sólo piedad, sino irritación contra su suerte o contra la organización social que está en el origen de esa mala orientación.
A veces incluso olvida que es un instrumento de la ley y ayuda a determinados culpables a escapar a un castigo que considera exagerado. Cuando puede, intenta, como en sus sueños juveniles, remendar los destinos. Lo cual le crea frecuentemente conflictos con sus superiores y sobre todo con los magistrados, que juzgan a los hombres tan sólo a la luz de los textos de las leyes (…)”.

jueves, 8 de abril de 2010

lectura de abril

Debido a la dificultad para encontrar Callejón sin salida  de George Simenon, hemos cambiado esta novela por La mirada del inocente, del mismo autor. En La Casa del Libro (Passeig de Ruzafa, perpendicular a Colón) me han prometido pedir 10 ejemplares, que podréis adquirir en el mostrador principal diciendo mi nombre. Ya os avisaré para que paséis a por ellos los que estéis interesados, pero si tenéis dificultades y queréis leer otra novela de Simenon (aún deben de quedar en bibliotecas o rincones de librerías), podéis hacerlo pues lo importante no es la historia criminal que se cuenta, sino la atmósfera y la personalidad de los personajes. Si ocurriera eso-que se leyeran novelas diferentes del mismo autor- sería un debate distinto a otros, pero sin duda enriquecedor para todos. Esperemos que esto se resuelva felizmente. Gloria B.

miércoles, 7 de abril de 2010

nueva lectura

Me he dado por enterada de que ell ibro elegido no está disponible, así que me daré una vuelta por las librerías para elegir otro y os lo comunicaré mañana por correo  y en el blog. GLORIA B

jueves, 25 de marzo de 2010

RAYMOND CHANDLER


Artículo Publicado en la revista Ñ el 25 de marzo del año pasado:


El jueves 26 de marzo se cumplen 50 años de la muerte de Raymond Chandler, autor legendario de la novela negra estadounidense, cuya influencia se extendió al campo cinematográfico gracias al detective privado Philip Marlowe, interpretado, entre otros, por Humphrey Bogart o Robert Mitchum.


Si la literatura ha dado inolvidables personajes de ese estilo, Philip Marlowe se encuentra en el olimpo de los más recordados, junto al Sam Spade de Dashiell Hammett, el Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan-Doyle y el Hércules Poirot de Agatha Christie.


Marlowe, uno de los primeros grandes antihéroes de EE.UU., resulta irónico, cínico y bruto a la par que encantador, todo un arquetipo de la masculinidad. "Hizo que la corrupción y el vicio fueran extremadamente atractivos", sostiene el periódico Los Angeles Times.

Chandler tenía 51 años cuando publicó su primera novela, El sueño eterno, en 1939. En esta historia introducía a Philip Marlowe, un maduro detective privado de 38 años, hombre de honor y caballero moderno, con una cierta educación. En esta historia, Marlowe se mueve por el lado oscuro de Los Angeles en los años 30 y ayuda a salvar de un infarto a un millonario rescatando a su hija de una posible trama de chantaje.


Después llegarían otras dentro del género del policial negro como Adiós muñeca(1940), La ventana siniestra (1942), La dama del lago (1943), La hermana pequeña (1949), El largo adiós (1954), Playback (1958) y la inconclusa Poodle Springs (1959), que fue rematada por su admirador Robert B. Parker. Todas ellas con Marlowe como protagonista y como extensión sobre el papel de su propio autor.


La primera adaptación al cine de El sueño eterno fue el clásico del cine negro dirigido por Howard Hawks en 1946, con Bogart en la piel del detective y Lauren Bacall como la perfecta "femme fatale". Años después, en 1978, fue Robert Mitchum quien tomó el relevo de Bogart en una nueva versión realizada por Michael Winner. El actor estadounidense repetía por entonces ese personaje, ya que en 1975 protagonizó Farewell, My Lovely, de Dick Richards.


A Marlowe también lo encarnaron otros actores como Dick Powell, George Montgomery, Robert Montgomery, James Garner, Elliot Gould y James Caan, el más reciente (Poodle Springs, 1998), quienes insuflaron al papel las necesarias dosis de humanidad y hasta cierta ternura.


Además Chandler redactó más de veinte relatos cortos detectivescos –los primeros fueron publicados en las revistas "pulp" Black Mask y Dime Detective– así como un par de ensayos, sobre todo El simple arte de matar, donde nació la expresión "mean streets" ("malas calles"), usada por Martin Scorsese en una de sus primeras películas.


El cine, no obstante, fue siempre objeto de deseo para Chandler, quien colaboró en los guiones de Perdición (1944), de Billy Wilder, y Extraños en un tren (1951), de Alfred Hitchcock, basada en la novela de Patricia Highsmith. El único libreto que redactó por sí mismo fue el de la película The Blue Dahlia (1946), con Alan Ladd y Veronica Lake, por la que fue candidato al Oscar.


Chandler, nacido en Chicago (Illinois) en 1888, se casó en 1924 con Cissy Hurlbut, una mujer 18 años mayor que él con la que había comenzado una relación cinco años antes, cuando ésta estaba casada, y con la que nunca tuvo hijos.Tras la muerte de Cissy en 1954, el novelista emprendió un descenso a los infiernos ahogado en alcohol, que le llevó a varios intentos de suicidio.


Cuando murió en San Diego (California) el 26 de marzo de 1959, a los 70 años, dejó todo su patrimonio –60.000 dólares y los futuros ingresos por derechos de autor– a su amiga y agente literaria, Helga Greene.


En las novelas de Chandler, además de sus personajes, el contexto cobra una gran importancia. Sus personajes se desenvuelven en un hábitat que el escritor conocía muy bien: Los Angeles, una ciudad tan brillante en su exterior como vacía en su interior, según la novelista Judith Freeman, autora de El largo abrazo: Raymond Chandler y las mujeres que amó.


En ese libro Freeman sostiene que Chandler describió a la perfección "la soledad estadounidense", retratada en esa ciudad californiana por "gente abandonada en el paraíso, entre la abundancia y la riqueza extrema", como policías al margen de la ley, médicos drogadictos, matones ingenuos y millonarias con la intención de engrosar, de cualquier forma, su patrimonio. 

martes, 16 de marzo de 2010

Otras novelas sobre distopías

Escribe Gloria B.

Si queréis seguir leyendo sobre este tema de las utopías sociales durante las vacaciones:

El Diario de la criada, de Margaret Atwood, es una narración bastante terrorífica sobre una parte de Norteamérica que queda bajo el poder de un régimen militar y totalitario en el que  las mujeres de las clases dirigentes han quedado estériles. No podéis imaginar lo que hacen para reproducirse. ES un relato bastante escalofriante que hace pensar en lo que es capaz de hacer el ser humano.

Leí que se acaba de publicar una novela titulada Los muertos, de Jorge Carrión. Trata sobre una sociedad futura en la que caen del cielo una serie de replicantes cibernéticos y del lío que se monta. Parece recordar a Blade Runer o a Avatar. Creo que podría estar también en el género de ciencia-ficción, aunque no están muy claros los límites entre éste y el tema de las utopías distópicas. Habría que discutirlo.

Fin de las utopías

Escribe Gloria B.
La sesión del pasado febrero concluyó con la valoración de la última novela del ciclo "utopías sociales", Farenheit 451. Todos estuvimos de acuerdo en señalar las similitudes con las otras lecturas (Un mundo feliz y 1984: la existencia de un estado totalitario, la presencia del protagonista como héroe que se rebela contra el poder y la colaboración de un personaje que instruye y explica al protagonista las razones de tal estado de cosas, y que unas veces lo ayuda a cumplir su objetivo (Farenheit) y otras, no. También coincidimos en el valor profético de las tres novelas respecto a los derroteros que ha tomado la historia. Aunque la más esperanzada es la última, ya que Bradbury deja abierta una puerta a la salvación de la sociedad, aunque algunos pensamos que eso aún no ha sucedido. En cuanto al estilo, concluimos que Farenheit es la que más desorienta al lector por su lenguaje pseudopoético, que crea ambigüedad en el significado de algunos párrafos, y por algunas incoherencias en la estructura narrativa: hay personajes cuyas acciones no se explican (el intento de suicidio de la esposa del protagonista) o esos porches que aparecen y desaparecen, amén de la misteriosa guerra que nadie entiende. En suma, el ciclo ha resultado interesante y ha habido opiniones para todos los gustos. A unos les ha gustado más Un mundo feliz y a otros, 1984. Normal.

Ahora afrontamos el ciclo de NOVELA NEGRA con El sueño eterno de Raymond Chandler, que debatiremos en la reunión del 30 de marzo. Hasta entonces.

Autor,narrador, obra

EL AUTOR, EL NARRADOR Y EL RELATO


En la última sesión se plantearon varias cuestiones sobre la función y clases de narrador en el relato, y sobre el papel y clases de diálogo. Hoy vamos a acercarnos a estos conceptos y a aprender a tenerlos presentes cuando leamos una novela o un cuento. Como en el caso del resto de elementos que aparecen en un relato (personajes, espacio, tiempo...) su conocimiento es un medio, no un fin en sí mismo, que puede ser más o menos relevante respecto a la interpretación o juicio que hacemos sobre el libro que leemos. Lo importante es usar estos conocimientos para comprender mejor la historia imaginada por el autor y acercarnos lo más posible al mensaje que intenta transmitirnos y a la intención y objetivo que le han impulsado a escribir esa historia de esa manera.

EL AUTOR imagina

A veces, la distinción entre estos conceptos no está clara. Para explicarla permitidme la licencia de utilizar una metáfora: Imaginemos que la novela o cuento que leemos es un tapiz en 3D, y que va surgiendo de un telar a medida que vamos leyendo. Eso no es difícil porque es lo que aparece en nuestra mente, el universo que vamos imaginando a medida que leemos. Pues bien, el autor es el que ha imaginado ese mundo, esa ficción que va apareciendo ante nuestros ojos y poco a poco nos va seduciendo con sus paisajes y paisanajes. El autor es el diseñador de tal milagro narrativo. Es el que imagina y firma la obra. Nadie duda de quién es el autor de El Quijote, pero en esa obra hay muchas narraciones y muchos narradores ¿Cómo es eso?
El autor está o ha estado en su despacho imaginando y escribiendo, pero ¿quién nos cuenta la historia? ¿Quién se la presenta al lector?

EL NARRADOR presenta y manipula

Sigamos imaginando ese tapiz que va apareciendo lentamente ante nuestros ojos. Alguien tiene que colocar los hilos y anudarlos sobre la trama, de acuerdo con un plan previo, un dibujo bien diseñado. Esas manos que van tejiendo colores y dibujando formas pertenecen al narrador, al que quizá no vemos, pero intuimos que esta ahí controlando que el trabajo se haga bien. Es como si el autor cediera su voz a otro para que ese otro cuente la historia y además pueda hacerlo de varias maneras porque existen diversos tipos de narradores, variedad que responde a diferentes preguntas:

1. ¿Dónde está el narrador? ¿fuera o dentro del tapiz, de la historia?
2. ¿Con qué actitud cuenta la historia? ¿indiferente? ¿apasionado? ¿mitad y mitad?
3. ¿A quién se la cuenta? ¿a un lector lejano y genérico? ¿a un lector cercano, individual?

No olvidemos que los recursos con los que se materializa la historia narrada pertenecen al lenguaje, ese otro instrumento milagroso que permite dar salida a las ideas, volcar lo imaginado invisible al exterior visible. Por eso según el tipo de narrador, éste va dejando huellas lingüísticas en ese tapiz que va tejiendo que es el texto, la obra narrativa, el relato.

LA OBRA, CUENTO O NOVELA
Si seguimos con la imagen del tapiz veremos cómo van dibujándose paisajes naturales o urbanos, interiores o exteriores y se van llenando de color, de luces y sombras; cómo van impregnando nuestros sentidos haciéndonos llegar olores, sabores, sonidos y texturas. En esos espacios vemos a los personajes vivir sus existencias, heroicas o mediocres, con serenidad o pasión, con aburrimiento o melancolía. Y a medida que el tapiz avanza y se van rellenado los huecos de la trama, que lo sustenta y ordena para hacer posible el desarrollo del argumento, el tiempo va pasando, lento, rápido e incluso trepidante. Personajes, espacio y tiempo y acción: he ahí los componentes básicos para contar una historia, para tejer el texto, ese mágico tapiz. Cuando acabamos la lectura, percibimos el tapiz acabado, toda una experiencia.



Hasta aquí hemos formulado algunas preguntas sobre las que hablaremos en la reunión del próximo día y sobre las que podemos seguir escribiendo así lo reclamáis en vuestros comentarios, tras las vacaciones. Pues hay mucho que contar, mucho que pensar y decir.

GLORIA BENITO





martes, 16 de febrero de 2010

Farenheit 451

El próximo martes nos veremos para compartir nuestras opiniones y juicios sobre Farenheit 451 y con esta novela finalizamos el ciclo de las utopías sociales. En este caso, Bradbury nos traslada a un mundo ficcional en el que se han extinguido los libros con la connivencia de los que mandan y cuyos servidores los queman para que no hagan daño a las personas, "supuestamente felices" con una vida que se llena con sensaciones fuertes, sentimentales o sensibileras.  El deporte, los avances técnicos y la televisión sirven para que los hombres no piensen sino que sientan y cuanto más se exciten las vísceras, mejor.

A estas alturas ya tenemos unos criterios para comentar un libro que trate el tema de las distopías sociales y podemos comparar esta obra con las dos anteriores. Os propongo algunas cuestion que me parecen interesantes para conducir el debate teniendo en cuenta las tres novelas:

  • Analogías entre los personajes protagonistas.
  • Papel del personaje antagonista, el que se opone a los deseos del personaje principal.
  • El personaje cómplice o el informante de los fundamentos de la sociedad.
  • El tipo de narrador.
  • La importancia y la clase de descripción.
  • El mensaje final sobre el futuro de la humanidad.
  • Otros temas que propongáis.
Hasta el martes, 23 a las 11 donde siempre. Gloria B

más sobre 1984

Tras la última reunión quedó claro el deseperanzado mensaje de Orwell en esta novela en la que se somete al poder totalitario a una feroz y terrible crítica. A todos los asistentes al debate nos impresionaron las desventuras del pobre Winston Smith y el modo en que toma conciencia de la opresión que le rodea, la leve esperanza de cambiar las cosas cuando toma contacto con supuestos miembros de una organización subversiva, y la caída en picado cuando comprende que ha sido engañado y manipulado por el poder omnímodo del Gran Hermano, el gran controlador de las vidas y las mentes. Un libro que nos ha hecho reflexionar sobre la manipulación de la información por los que controlan el poder para permanecer en él; la necesidad de la guerra para potenciar la industria y el consumo, soportes de un sistema pensado para un concepto de felicidad que consiste en la anestesia total de los que habitantes de tan extraña y a la vez cercana sociedad. También comentamos el punto de vista del narrador, que, pese a ser externo al tratarse de un relato en tercera persona, es subjeivo y se implca en el relato mediante el estilo indirecto libre que pone al lector en contacto con los sentimientos y pensamientos más íntimos del protagonista. Además las espléndidas descripciones con que nos obsequia Orwell nos han hecho comprender y disfrutar de esta gran novela. Gloria B

martes, 9 de febrero de 2010

Entrevista a Ray Bradbury



Entrevista realizada en la revista Ñ que fue publicada el 13 de julio de 2009  en el blog Al Margen:


Ahora pasó. Ya estuvimos ahí: enero de 1999 ( El verano del cohete ); junio de 2001 ( Aunque siga brillando la Luna ); agosto de 2002 ( Encuentro nocturno ); abril de 2005 ( Usher II ); diciembre de 2005 ( Los pueblos silenciosos ). Estuvimos viviendo, entonces, en esos años/ capítulos en los que Ray Bradbury imaginó –hacia 1946, cuando la pequeña editorial neoyorquina Doubleday lanzó, con cierta timidez, sus Crónicas marcianas – la colonización terrícola de Marte. Y fue eso –la posibilidad de imaginar esos años entonces fantásticos del siglo XXI– lo que guió la medular reflexión de Borges en el prólogo de la edición argentina (la primera de siete) de 1955. Decía, con esa contundencia vitriólica: "Otros autores estampan unas fechas venideras y no les creemos, porque sabemos que se trata de una convención literaria; Bradbury escribe 2004 y sentimos la gravitación, la fatiga, la vasta y vaga acumulación del pasado...".

Ahora es 2009 –las crónicas no dicen nada sobre estos doce meses, saltan a 2026: El picnic de un millón de años – y Ray Bradbury cumple 89 años en agosto. Alexandra Bradbury, una de las cuatro hijas que tuvo junto a Marguerite McClure, pidió que se le mandasen las preguntas por e-mail dos días antes de la entrevista telefónica: sí, el maese de la ciencia ficción no usa computadoras.
Las aborrece. Por eso es que el viejo visionario está tratando ahora de reconstruir el orden de las preguntas junto a uno de los teléfonos de la casona de Beverly Hills. En otro, un tal Santiago auxilia las dudas del patriarca de la ciencia ficción, entre la sordera natural del escritor y la pronunciación ansiosa del periodista. Bradbury pide que se le hable fuerte y despacio. Arranca la interview , entonces.

-Estamos a cuarenta años de la llegada del hombre a la Luna. ¿Por qué cree que ese mito acerca de que todo el asunto fue un montaje no ha cesado? Eso fue una burda mentira desde el comienzo y lo sigue siendo ahora. Fue un ejemplo de estupidez antes; lo sigue siendo hoy. ¿Diría que el del alunizaje fue el día más importante de todo el siglo XX? 
- No, digo que fue el día más importante en un millón de años, esperamos miles de años para llegar a la Luna. Miramos hacia la Luna desd e que vivíamos en cuevas y ahora sabemos que llegamos, que podemos estar ahí. Debemos volver. Es más, nunca debimos haber dejado de ir a la Luna; debiéramos habernos quedado y después haber ido a Marte

-Calentamiento global, la batalla por el agua... ¿No cree que los viajes espaciales son hoy menos necesarios para explorar el Cosmos que para escaparnos de la Tierra? 
-No... Nuestro futuro descansa en ir a Marte, en colonizarlo por cien o doscientos años. Después deberíamos largarnos al Universo y encontrar otros planetas y poblarlos para que la vida continúe para siempre, para que en un millón de años sigamos vivos en el Universo y seamos inmortales. Tenemos que ser inmortales. No podemos quedarnos en la Tierra, ni quedarnos en Marte, tenemos que llegar hasta Alpha Centauri, o cerca, y vivir para siempre.

Cierta distensión propia del objetivo cumplido hace que el periodista juegue con el orden de las preguntas. Error. Bradbury carraspea nervioso y pide el auxilio de "¡Santiago!". "Número cuatro" –lo calma éste– y lee en voz (muy) alta la pregunta: "¿Alguna vez imaginó que viviría para ver un presidente negro en EE.UU.?". Bradbury tarda medio segundo en dar un golpe de KO: "Nunca imaginé que iban a cambiar el nombre de la Casa Blanca por el de La Cabaña del Tío Tom".

¿Y ahora? Se conoce que Bradbury, condecorado por Bush Jr. en 2004, no es precisamente un intelectual progre pero tamaña visceralidad, en fin, abruma. ¿O responde como un visionario, y al citar al best seller abolicionista de Harrier Beecher Stowe (1811-1896) está sugiriendo la corrección política de un sistema que seguirá indefectiblemente en manos blancas? Como fuera, intercalar preguntas midiendo el clima de la conversación fue un error. Bradbury se planta y pide que se le mande un grabador para responder las preguntas en persona (Buenos Aires/ Los Angeles, mínimo quince horas: no). La comunicación se corta dos veces. Cuando se vuelve a hacer contacto, el escritor saca una solución de la galera: "Leo las preguntas y las voy contestando... ¿Está bien eso para usted?". Y así se hace.

-En su nuevo libro de ensayos (titulado 'Bradbury habla'), usted revisa las adaptaciones que Hollywood hizo de sus libros. Hablando de cine, ¿cuál fue la última gran película que vio? 
-No hacen grandes películas hoy en día, pero la última gran película que vi fue As good as it gets (traducida como Mejor imposible ), que se estrenó hará unos doce años. Tenía grandes estrellas, un gran guión, una gran producción, un gran director; búsquelo, ése es el último gran filme que vi.

-¿Qué piensa del e-book? ¿Cree que cambiará al libro tal como lo conocemos? 
- No. Déjeme contarle que hace tres semanas me llamó alguien de Yahoo! porque querían subir uno de mis libros a internet. ¿Sabe lo que le dije? "Escuchame bien: ¡Al diablo con vos! ¡¡Al diablo con todos ustedes!!" Eso mismo piensodel e-book: no son libros.

-¿Pero no cree que lo que hace la gente subiendo textos a Internet fue anticipado justamente por usted en 'Fahrenheit 451', con los personajes recordando libros clásicos para que no se perdieran? 
-No, es absolutamente diferente. Una cosa es genial y la otra una estupidez... Yo recuerdo cada libro que leí, cada película que vi; eso es maravilloso, cualquier otra cosa es ridícula.

-¿Cree que vivir en un entorno 'hi-tech' le hace las cosas más difíciles al que novela historias de ciencia ficción? ¿Habría que reinventar el género? 
-No, no lo creo. Depende de cada uno; tenés que estar enamorado de la vida, eso es todo. No hay nada que reinventar. Soy un amante de la vida, y escribo sobre lo que amo. Y si otros escritores quieren escribir una nueva ciencia ficción tienen que escribir de lo que aman, y amar lo que escriben; es así de simple, todo es amor. Escribir sobre la vida, y amarla. Entonces no reinventás la ciencia ficción, te inventás a vos mismo.

- En su libro tiene palabras amorosas hacia Walt Disney. ¿Por qué cree que él no forma parte del canon de las artes visuales en los Estados Unidos? 
-Crecí amando los filmes de Disney. Vi Fantasía y pensé que era uno de los mejores filmes jamás creados. En una Navidad, hará unos cuarenta años, estaba de compras y vi un hombre viniendo hacia mí en el negocio, con unos regalos, y su cabeza agachada arriba de los paquetes, y me acerqué gritando "¡Walt Disney!"... Me presenté, le dije que mi nombre era Ray Bradbury, que admiraba mucho su trabajo y que me gustaría sentarme a almorzar con él algún día. Me dijo: "¿Mañana?". Dijo mañana y no el año que viene o dentro de diez años... ¡Mi dios! ¡Walt
Disney me estaba invitando a su estudio al día siguiente, el día de Nochebuena! Nos hicimos grandes amigos, y tuvimos una hermosa relación. Era alguien enormemente creativo:creó todos los primeros personajes de animación. Yo lo amaba. La gente es estúpida si no considera a Disney entre los grandes artistas. Disneylandia es un hogar lejos del hogar; yo fui por primera vez hace cuarenta años, con Charles Laughton, el gran actor, y me entusiasmó mucho verlo todo. Es uno de los mejores lugares en el país adonde uno puede ir para escapar de todas las estupideces: internet y la política.

-Si bien la política no aparece en el centro de sus escritos, tratándose de una leyenda viva de la cultura de EE.UU. me gustaría preguntarle quiénes considera que han sido el mejor y el peor líder político en EE.UU. en la historia contemporánea. 
-Voy a nombrar sólo a uno y ése es Ronald Reagan. Tuve un almuerzo con Gorbachov en Washington en 1992 y le pregunté: "¿Qué piensa usted de Ronald Reagan?". Y Gorbachov me dijo: "Su presidente más grande". Le pregunté por qué decía eso y me contestó: "Mire, Kennedy nunca lo dijo, Nixon tampoco; Reagan, sí: '¡Tiren abajo el muro!'. Reagan les dio libertad a todos los países europeos, por eso fue el mejor". Eso me dijo Gorbachov, y creo lo mismo: Reagan fue fantástico.

-En cuál de las fantasías de ciencia ficción más populares de Hollywood reconoce su herencia? 
-Para mí la más grande película de ciencia ficción ha sido Encuentros cercanos del tercer tipo porque es un filme religioso, un fi lme en el que Dios viaja por el Universo para tocar a
Adán, es como la figura de la pintura de Miguel Angel en la bóveda de la Capilla Sixtina del Vaticano. Spielberg hizo la mejor pieza de ciencia ficción que se haya escrito jamás: ojalá algún día yo pueda escribir algo así de grande. La noche en que vi la película, lo llamé y le dije: "Señor Spielberg, ¿puedo ir a verlo?". Y lo vi al día siguiente. Entré a su oficina, él me preguntó para qué estaba yo ahí y le dije: "Quiero que usted sea mi hijo. Creo que usted es maravilloso". Y él me contestó: "Entonces le gustó su película". Yo le dije: "¿Qué quiere decir?". Y él respondió: "Si yo no hubiera visto su película It came from outer space hace veinte años cuando era chico jamás hubiese hecho ésta". Así que él es mi hijo honorario y yo soy su padre honorario. En fin, somos grandes amigos.

-Leí que hay planes de hacer otra versión de 'Fahrenheit 451'... maravilloso ¿Qué expectativas tiene? 
-Vea, Mel Gibson me llamó justo ayer, vamos a hacer esa remake el próximo año; él es el guionista y tiene el dinero. Así que voy a hablar con él mañana o pasado y vamos a volver a filmar Fahrenheit 451 , ahora con la plata de Mel Gibson.

-En la primera edición argentina de sus 'Crónicas marcianas' había un prólogo escrito por Jorge Luis Borges... ¿Lo leyó? 
-Sí. Hace muchos años leí la introducción de Borges a Crónicas marcianas . Borges me presentó a la gente de la Argentina, y le estoy muy agradecido por eso. Cuando fui a la Argentina se me acercaban por la calle, y luego, de regreso, los pilotos de Aerolíneas Argentinas me invitaron a la cabina porque eran grandes fanáticos de ese libro. ¿No es maravilloso?

-Borges decía en aquel prólogo de 1955 que era conmovedor cómo usted escribía sobre años como '2004'. ¿Cómo se siente ahora que esos años están finalmente entre nosotros? 
-Ya lo dije en Crónicas marcianas , donde dibujé el mapa de esa realidad... Tenemos que volver a la Luna e ir a Marte. Y le digo otra cosa: yo voy a ser el primer hombre muerto en llegar allá. Ya les dije a las personas responsables de los viajes espaciales que cuando muera, vayan y pongan mis cenizas en una lata de sopa Campbell's y las lleven a Marte para enterrarlas en un lugar llamado Abismo Bradbury . Ya no podré ser la primera persona viva en llegar a Marte, pero al menos quiero ser el primer muerto en llegar tan lejos.

domingo, 24 de enero de 2010

martes, 19 de enero de 2010

IMPRESIONES DE LECTORA

Un mundo feliz
Releer esta novela y compartir con vosotros la experiencia de interpretar su significado ha sido un placer nuevo y siempre distinto, pues son diferentes los interlocutores que aportan sus puntos de vista y también yo soy otra como lectora. El acto de la lectura es un acto creador en el que interactúan dos realidades: por un lado, el destinatario lector, que se convierte en intérprete cuando se apropia del contenido del libro, lo absorbe y lo digiere, y en ese proceso se nutre y se transforma; por otro, el texto literario, ese milagro formado por ideas, sensaciones y emociones gestadas en el interior del escritor, y que quedarían ocultas, secretas y desconocidas para el mundo si no fuera porque emergen desde ese lugar recóndito y misterioso donde habitan sus universos imaginarios gracias a ese otro milagro que es el lenguaje. Porque es gracias al lenguaje que el mundo interno, invisible e inaudible, atrapado en la mente del escritor, se hace patente y material, para ser percibido por un destinatario capaz de descodificar esos dibujitos que son letras, que a su vez forman palabras y éstas frases, párrafos y páginas de un hermoso libro como el que hemos leído: Un mundo feliz.


Así que todos hemos participado en esa experiencia mágica y maravillosa de leer para así acercarnos al interior de Aldous Huxley para intentar comprender qué ideas y emociones habitaban su imaginación, qué visión del mundo nos ha trasladado, cómo entendió él al ser humano y su circunstancia. De estas cuestiones y algunas más tratamos los que asistimos a la tertulia sobre esta novela el pasado diciembre superando las persistentes lluvias y las gripes que dejaron a algunos en la cama. Los echamos de menos y para ellos va este breve resumen de lo que allí se dijo sobre la novela.


La novela está prácticamente comentada y explicada en Wikipedia donde podéis encontrar información sobre aspectos de interés. Por ejemplo, la razón de ese saludo en forma de T que hacen los personajes y cuya causa es el hecho que da inicio a la era “fordista”: la fabricación del modelo T por el famoso industrial Ford, responsable de la fabricación en cadena y constituido así en paradigma de una sociedad cuyos fundamentos son los avances científicos y tecnológicos aplicados al control del mundo. Los nombres de casi todos los personajes son calcos paródicos de personas históricas de todos los ámbitos, desde la filosofía (Marx) a la política (Mustafá, Lenina), de la ciencia (Freud) a la literatura (Shaw). Pero éstas son curiosidades que podéis comprobar por vuestra cuenta. Lo interesante es constatar el carácter universal de la cultura de Huxley, interesado en la ciencia, en la cultura y en los hechos que rodearon su vida. Y que con todo eso construyó esta novela impregnada del pesimismo de unos años en los que no se veía salida y el destino del hombre era incierto. Pues estuvimos de acuerdo en que la novela refleja la idea de que el ser humano no se salva ni por la tecnología científica ni por su evolución natural. El hombre no es libre ni en las sociedades avanzadas que lo esclavizan con el soma y el bienestar material basado en el consumo, ni en las reservas en que han quedado abandonados algunos grupos a su suerte. En el primer caso, una sociedad totalitaria, jerarquizada y clasista ha privado al hombre de su individualidad y lo ha condenado a la dependencia eterna. En el segundo, la crueldad ritual de las tradiciones y la lucha por la supervivencia han desembocado en la explotación de unos por otros y a la excusión del diferente. Y si no que se lo pregunten al Salvaje, ese personaje que representa la singularidad y el deseo de libertad en unas sociedades donde no se perdona la diferencia, por lo que resulta imposible sobrevivir. La novela es una irónica crítica de una sociedad basada en el control de la técnica mal entendida y con un concepto de la felicidad basada en el bienestar material y el consumo. ¿En qué acertó Huxley?


Acabo aquí esta impresión que ha resultado más extensa de lo que inicialmente había querido. Pero sólo son unas ideas para aquellos que no pudieron asistir a la última reunión y para los que entren en el blog. Así que acabo, que ya está bien de rollo.
Gloria Benito

lunes, 11 de enero de 2010

PRESENTACIÓN




Este blog pretende recoger las aportaciones sobre las lecturas literarias que se trabajen en el Taller de Literatura que impartimos en la Asociación Amigos de la Nau Gran de Valencia.

Todos los participantes del mismo podrán utilizarlo y plantear cuestiones y aportaciones que se correspondan con lo tratado en los encuentros mensuales a realizar.

La profesora publicará los textos de apoyo a las lecturas y todas las comunicaciones que sean necesarias para la buena marcha del taller.

No vale quedarse como los monjes de la imagen a esperar que escampe el temporal.


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